Disfunción sexual masculina

Las estadísticas actuales señalan que el 50% de los hombres entre 40 y 70 años padecen de disfunción sexual.
Con la colaboración del Dr. Gabriele Antonini que de conjunto con el también prestigioso Dr. Ramiro Fragas de la Clínica Central Cira García de La Habana, pretenden revertir esa realidad con la práctica de intervenciones quirúrgicas con implantación de prótesis peneanas de última generación, convirtiendo a la Clínica Central Cira García en un centro de referencia para todo el continente y el resto del mundo en la aplicación de esta novedosa intervención. Lo novedoso del método se encuentra en el mecanismo para insertar la prótesis en el cuerpo del hombre se realiza mediante una incisión de no más de 2 centímetros en la base del pene. Es un procedimiento que dura entre 20 y 30 minutos con un riesgo ínfimo de infección y con una rápida recuperación a la vida sexual activa.
El implante de prótesis peneana se recomienda en los tratamientos de disfunción eréctil que no responden a otras ayudas terapéuticas o en los casos en los que los tratamientos con fármacos pueden estar contraindicados o provocar efectos secundarios nocivos para los pacientes.
Las prótesis peneanas se dividen en dos grandes grupos: prótesis flexibles o maleables, y prótesis hidráulicas o inflables. El tratamiento que ofrece actualmente la Clínica Central Cira Garcia, es el implante de prótesis peneana hidráulica de tres componentes: dos cilindros insertados dentro de los cuerpos cavernosos del pene, un dispositivo de control dentro del escroto y un depósito de líquido colocado cerca de la vejiga. Es decir, todos los elementos de la prótesis son colocados dentro del cuerpo humano en un acto quirúrgico mínimamente invasivo a través de una incisión en la base del pene no mayor a los 2 cm, por donde se introducen los componentes de la citada prótesis. Este método permite ínfimos riesgos de infección al estar dotadas de un antibiótico de largo efecto y ser colocada por una técnica mínimamente invasiva. La misma tiene una rápida recuperación del paciente: aproximadamente 15 días para reanudar su vida laboral y 40 para retomar su vida sexual. El paciente logrará una erección rígida y óptima, con la misma sensibilidad que tenía antes de la cirugía y la misma capacidad de eyacular durante el orgasmo, si no le ha sido eliminada la próstata. Culminado el acto sexual el miembro viril vuelve al estado de flacidez cual modo natural.
No es recomendable esperar demasiado tiempo para optar por la prótesis, pues, por ejemplo: pacientes que no han recuperado su erección, tras un año de haber sido operados de cáncer de próstata o colorrectal, encontrarían solución en el implante; y con frecuencia se observa que acuden a otras terapias, como inyecciones en el pene que a largo plazo provocan fibrosis, haciendo mucho más complejo el proceder quirúrgico en el momento de colocar la prótesis. También para aquellos pacientes con disfunciones vasculogénicas ocasionadas por diabetes mellitus, hipertensión arterial, tabaquismo, entre otras causas, la prótesis funcionaría como solución permanente, pues se garantizan estos implantes que tras más de 40 años de evolución (1973 a la actualidad) ya se fabrican con tres capas de revestimiento de materiales altamente confiables.
El paciente implantado podrá centrar todos sus esfuerzos durante la actividad sexual en lograr y provocar placer, sin tener preocupación alguna por “hacer un buen papel”, pues este lo garantiza la prótesis.

 

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